Lo prometido es deuda pero mis ideas vagas, bostezan afectadas por el calor, necesito alejarme de este sopor que las hace sudar.
Alongada en mi ventana contemplo un baile descifrado de historias, cuando un toque rosa con corazones rojos bombeando reconocimiento, se convierte en fresca caricia inesperada. Cierro los ojos y unas alas imaginarias me transportan hasta su jardín de margaritas juguetonas y comestibles.
Su dueña se alimenta de ellas, ¡ese debe ser su secreto!
La ingesta de pétalos fecunda su inspiración, éstos se mezclan con las palabras entre sus dedos y en cortos procesos de gestación alumbra sus frutos que cuelga sobre una red electrizante que esparce lúcidas y fragantes historias que fertilizan su particular edén.
En su jardín puedes soñar e incluso renacer, cada día.
Ahora ya no come pétalos sino caramelos sugus con sabor café, pruébalos, tienen la misma eficacia.
Glosagon.