Se sienta en la butaca. Se atenúan las luces
y los aplausos. Cierra los ojos.
Aquel silencio
abismal roto por un carraspeo, una sonrisa nerviosa o un comentario subterráneo
le devuelve a la realidad. Se siente
preparado para enfrentarse a su público tras su enfermedad.
Una temporada
larga perdido entre los abismos del alcohol.
Un hombre derrotado por el miedo al
olvido y al fracaso.
Él, acostumbrado a
ser el epicentro de la vida de otros y de sí mismo, se sentía incapaz de
dominar aquella violencia extrema que pateaba constantemente su interior y su
voluntad.
Sus temblorosas manos se posaron
sobre las machacada teclas y... desapareció.
Al día siguiente
todos los titulares hablaban sobre él.
“Reputado concertista devorado por su
virtuosismo”
Glosagon.
Ah..me encanta ser la primera en comentar! Uno a veces desaparece detrás de su propia máscara,de su propia coraza... Muy buen relato! Un saludo!
ResponderEliminarMe gustó el relato. Cuando parecía que se trataba de una historia de superación, apareció algo misterioso, que esfumó al pianista.
ResponderEliminarSi imaginamos las teclas como dientes... ya sabemos dónde buscarlo.
ResponderEliminarQuizá la muerte añorada por todo concertista. Muy bueno
ResponderEliminarEs un preambulo maravilloso acorde con los regresos
ResponderEliminarLa fama es demoledora... el virtuosismo es muy celoso.
ResponderEliminarLo has plasmado genial.
Un saludo y un beso de anís.
Pensándolo bien, no es mala forma de ser devorado, mejor que nos devoren nuestras virtudes que nuestros vicios, vamos que entre el alcohol y la música, me quedo con la segunda.
ResponderEliminarsaludos
me gusta como eres escribiendo
ResponderEliminarAlgunas cosas nos superan y no sabemos digerir la fama, nos piden más de lo que podemos dar.
ResponderEliminarPreciosa entrada, me quedo,
“Reputado concertista devorado por su virtuosismo”
ResponderEliminarQue magnifica forma de terminar un relato demoledor pero sensible a la vez...
Saludos....
Magnifico!!!! un abrazo
ResponderEliminarExcelente final.
ResponderEliminarA veces el talento supera al artista..
ResponderEliminar¡Qué maravilla siempre leerte, Gloria!
No sé, tiene que ser complicado. Lo mío es más de andar por casa, aunque no quiero desaparecer... estoy muy a gusto como soy... uno más.
ResponderEliminarDevorados por nuestras propias virtudes. Un lujo leerte.
ResponderEliminarBs
Hola Gloria vine corriendo a conocerte, no se hoy me siento optimista espero que ese "desaprecio"signifique se perdió en su música que supero sus miedos ... y que su ejecución fue tan maravillosa que la prensa lo que quiso decir que fue tan magistral su concierto que lo devoro su gran virtuosismo besos de Gofio? siiiii me gusto
ResponderEliminarHola Gloria, un relato corto con un par de giros y con final tremendo!! Me ha gustado mucho, evidententemente, no puedo dejar de leerte.
ResponderEliminarUn beso.
No se pueden mezclar dos drogas tan poderosas.
ResponderEliminarLeyendo otros comentarios, me doy cuenta de que hoy no tengo el día muy optimista, jajaja.
Besos
Suele ser lo que nos traga, o la excesiva presunción. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy buenos relatos Gloria, me entretengo en ellos, visitando entradas antiguas, todo un disfrute.
ResponderEliminarUn abrazo.
Perfecto!
ResponderEliminarComo a mi me gusta, un final soprendente...
Abrazos càlidos.
estupendo escritos que he leido...suspenso en ellos
ResponderEliminarse agradecen tus palabras
y tu paso por mi blog
me ha gustado lo que entregas!
Quizá no pudo retornar con todo el esplendor que le caracterizaba. Hay personas que de sus virtudes las hacen un vicio, por las cual pueden ser devoradas como bien dices.
ResponderEliminarMe ha gustado leerte, la expresividad de tus letras.
Un saludo.
Es lo que tiene la creatividad, que nos consume, je je.
ResponderEliminarBesos Gloria.
Tus finales sorpresivos son de gozarse, Gloria.
ResponderEliminarGracias por dejar tu hueya en paradoxia.
Son tremendos los fantasmas y presiones sutiles que golpean el ego del ser humano.
ResponderEliminarMagnìfico tu relato! inmerso en el baile de màscaras,
en donde el protagonista, seguramente demolido por tantas heridas asiente que el amor autèntico, brilla por su ausencia!
Fascinante
Abrazos con todo cariño.