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Despiertan los colores.

Arriesgados Lectores...

17 junio 2014

Titular

          Se sienta en la butaca. Se atenúan las luces y los aplausos. Cierra los ojos.
   Aquel silencio abismal roto por un carraspeo, una sonrisa nerviosa o un comentario subterráneo le devuelve a  la realidad. Se siente preparado para enfrentarse a su público tras su enfermedad.
          Una temporada larga perdido entre los abismos del alcohol.
          Un hombre derrotado por el miedo al olvido y al fracaso.
   Él, acostumbrado a ser el epicentro de la vida de otros y de sí mismo, se sentía incapaz de dominar aquella violencia extrema que pateaba constantemente su interior y su voluntad.
   Sus temblorosas manos se posaron sobre las machacada teclas y... desapareció.
   Al día siguiente todos los titulares hablaban sobre él.
  Reputado concertista devorado por su virtuosismo

Glosagon.

26 comentarios:

  1. Ah..me encanta ser la primera en comentar! Uno a veces desaparece detrás de su propia máscara,de su propia coraza... Muy buen relato! Un saludo!

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  2. Me gustó el relato. Cuando parecía que se trataba de una historia de superación, apareció algo misterioso, que esfumó al pianista.

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  3. Si imaginamos las teclas como dientes... ya sabemos dónde buscarlo.

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  4. Quizá la muerte añorada por todo concertista. Muy bueno

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  5. Es un preambulo maravilloso acorde con los regresos

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  6. La fama es demoledora... el virtuosismo es muy celoso.
    Lo has plasmado genial.
    Un saludo y un beso de anís.

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  7. Pensándolo bien, no es mala forma de ser devorado, mejor que nos devoren nuestras virtudes que nuestros vicios, vamos que entre el alcohol y la música, me quedo con la segunda.

    saludos

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  8. Algunas cosas nos superan y no sabemos digerir la fama, nos piden más de lo que podemos dar.

    Preciosa entrada, me quedo,

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  9. “Reputado concertista devorado por su virtuosismo”
    Que magnifica forma de terminar un relato demoledor pero sensible a la vez...
    Saludos....

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  10. A veces el talento supera al artista..

    ¡Qué maravilla siempre leerte, Gloria!

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  11. No sé, tiene que ser complicado. Lo mío es más de andar por casa, aunque no quiero desaparecer... estoy muy a gusto como soy... uno más.

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  12. Devorados por nuestras propias virtudes. Un lujo leerte.
    Bs

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  13. Hola Gloria vine corriendo a conocerte, no se hoy me siento optimista espero que ese "desaprecio"signifique se perdió en su música que supero sus miedos ... y que su ejecución fue tan maravillosa que la prensa lo que quiso decir que fue tan magistral su concierto que lo devoro su gran virtuosismo besos de Gofio? siiiii me gusto

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  14. Hola Gloria, un relato corto con un par de giros y con final tremendo!! Me ha gustado mucho, evidententemente, no puedo dejar de leerte.
    Un beso.

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  15. No se pueden mezclar dos drogas tan poderosas.

    Leyendo otros comentarios, me doy cuenta de que hoy no tengo el día muy optimista, jajaja.

    Besos

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  16. Suele ser lo que nos traga, o la excesiva presunción. Un abrazo.

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  17. Muy buenos relatos Gloria, me entretengo en ellos, visitando entradas antiguas, todo un disfrute.
    Un abrazo.

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  18. Perfecto!
    Como a mi me gusta, un final soprendente...
    Abrazos càlidos.

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  19. estupendo escritos que he leido...suspenso en ellos
    se agradecen tus palabras
    y tu paso por mi blog
    me ha gustado lo que entregas!

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  20. Quizá no pudo retornar con todo el esplendor que le caracterizaba. Hay personas que de sus virtudes las hacen un vicio, por las cual pueden ser devoradas como bien dices.

    Me ha gustado leerte, la expresividad de tus letras.

    Un saludo.

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  21. Es lo que tiene la creatividad, que nos consume, je je.

    Besos Gloria.

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  22. Tus finales sorpresivos son de gozarse, Gloria.
    Gracias por dejar tu hueya en paradoxia.

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  23. Son tremendos los fantasmas y presiones sutiles que golpean el ego del ser humano.

    Magnìfico tu relato! inmerso en el baile de màscaras,
    en donde el protagonista, seguramente demolido por tantas heridas asiente que el amor autèntico, brilla por su ausencia!

    Fascinante
    Abrazos con todo cariño.

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No te cortes y di lo que piensas, eso sí, con respeto. Gracias.