Allí estaba como cada miércoles, en el centro de mayores de su barrio, entre las once y las doce del día, esperando a que comenzara su clase de baile latino.
Vestido con ropa cómoda y las deportivas que le regaló su hija, la misma que sin su consentimiento le apuntó a aquellas clases.
- Papá, debes de hacer más ejercicio-, le recriminó – y también más vida social, solo bajas a jugar la partida al bar de Justo y luego, otra vez a casa a leer la prensa y a ver la tele. Eso no puede ser bueno, debes buscar alguna actividad más dinámica, que te haga sudar.-
- Ya sudé bastante entre los 9 y 65 años, ¿no crees?
Su hija como casi siempre le oyó pero no le escuchó y continuó con su monólogo.
- En el centro de mayores van a comenzar unas clases de baile latino, ¿porqué no te apuntas?, siempre te gustó bailar y hace mucho que no lo haces, hasta podrías conocer a alguien que te alegre el cuerpo.- le dijo jocosamente.
Ismael se mantenía erguido, delgado y ágil a pesar de sus 68 años. Su pelo se mantenía fiel y no había desertado masivamente, no así su color. Su corazón era otra cosa, lo había cerrado por derribo seis años atrás, tras la muerte de Luisa, su esposa. Con su pérdida sintió que aquella máquina jamás volvería a bombear por amor. Cada día era una concesión que trataba de pasar de la mejor manera posible hasta que llegara su final.
Odalys, la profesora, hizo su entrada al salón con una soleada sonrisa y unos dulzones “buenos días”.
Aquella mujer de piel color aceituna madura, pequeños ojos negros coronados por unas aleteadoras pestañas, pelo negro, largo y recogido artísticamente en un moño, le ponía nervioso, muy nervioso.
A cada paso de baile su corazón se desperezaba como un viejo oso de su letargo, sentía unos aguijonazos en su estómago que le eran desconocidos pero que le hacían sentirse bien.
Aquella mañana, Charo su pareja de baile habitual, no asistió a clase por estar convaleciente de una gripe e Ismael quedó desparejado.
- Me siento y miro- dijo entre resignado y decepcionado. - ¡Cómo va ser papito!, vente p’aca que hoy seré yo tu par-.
- Me siento y miro- dijo entre resignado y decepcionado. - ¡Cómo va ser papito!, vente p’aca que hoy seré yo tu par-.
Ismael tembló cuando Odalys le cogió de la mano y se puso frente a él, cerquita y mirándole... Comenzó a sonar una cumbia y las piernas de Ismael se quedaron como anclas de buque viejo y oxidado, inamovibles.
- No te pongas nervioso y déjate llevar, un pasito p’alante y otro p’atrás- le dijo la profesora guasona.
Los dos comenzaron a danzar e Ismael entró en trance. Sentir aquel talle delgado y cimbreante como caña de azúcar bajo su mano, sus caderas columpiándose como un barco entre las olas, su mirada acariciadora erosionando la de él, su muslo rozando levemente el suyo…
Comenzó a sudar como quería su hija. Un calor irracional inundó, como un tsunami, su interior, se sintió mareado y su corazón estaba sacudido como una maraca en las manos de Machín.
- Discúlpame, me siento mal – le dijo soltándole la mano y la cintura como si fuesen hierro candente.
Caminó rápido y ansioso hacia el vestuario mientras su corazón seguía desmelenado, se sentó e intentó tranquilizarse tomando el aire a bocanadas, como si fuesen las últimas antes de morir.
-¿Cómo tú te sientes?, le preguntó desde el quicio de la puerta.
- Me sentiré bien cuando deje de verte- le espetó él.
-Pues vas a tener mal p’a rato, porque yo no quiero dejar de verte, ¿tú sabes?
En el corazón de Ismael se abrió un resquicio por donde se colaron corrientes de aire cálido del Caribe que a veces, traen el amor, alegrando el cuerpo y la vida también.
Glosagon.
Gloria, acepté tu invitación de visitar tu blog y mi estreno en tu casa no ha podido ser más ardiente....nada como seguir los consejos de las hijas... El baile es la mejor terapia.
ResponderEliminarBesos.
Ana
Gracias por tu visita y sé bienvenida.
EliminarPrecioso, Gloria. Un nuevo inicio, acompañado con música y baile.
ResponderEliminarUn saludo.
No hay nada como un meneito para entonar el cuerpo. Besos.
Eliminarbuenisimo!! arriba Ismael que el corazón se oxida....
Eliminarme encato tu blog
Siempre es importante tener un resquicio por el que se pueda colar un soplo de aire fresco en tu vida. Lo mejor de tu historia es comprobar, una vez más, que por mucho que nos empeñemos, no tenemos nada controlado.
ResponderEliminarUn poco de descontrol no viene mal, sobre todo cuando no se le espera¿verdad?.
EliminarGracias José por colarte en el resquicio de mi blog, saludos.
jajajaja Que tierna historia, con sabor a azúcar ;)
ResponderEliminar¡¡¡A DISFRUTARLO!!!, que pa lo que vamos a estar por estos barrios, más nos vale pasarlo lo mejor que podamos.
ResponderEliminarexcelente ....mi amol....
ResponderEliminarmuy bueno el nuevo look del blog
Que preciosa y tierna historia, llena de veracidad, y escrita tan genial como lo has hecho.
ResponderEliminarMe ha encantado tu escrito y realmente he disfrutado mucho leyéndolo.
Gracias por compartir tan bellas letras Gloria.
Un beso.
Un placer leerte. tal cual la vida, debe seguir siempre en sendas que complazcan al alma,
ResponderEliminarsin importar edades.
Cariños
Ahisss que bella historia que tendra el baile que saca cositas que no podemos frenar..
ResponderEliminarEn mi caso cuando escucho musica parezo un saltibamqui no puedo parar...sea en la disco..casa, calle en cualquier parte parece que estoy embrujada.. ja ja
Tienes mucha razon hoy no es buen dia para los que vestimos de azul y granate, espera que mi equipo ayer me regalara una victoria y nada..lo peor es que esta alli en primera fila en el Camp Nou con los amigos y nos quedamos heladosssssssss
Un placer leerte...estamos en contacto.
Besitos
Motivador y sugerente, siempre hay algo que te puede mejorar la existencia, y las ganas de vivir.
ResponderEliminarMe encanta
Un relato hermoso y refrescante, impregando de ilusión y motivación. He pasado un rato muy ameno leyendo tu blog. Que preciosa la casa de los balcones. Me encnato el revistero y la butaca. Regreso pronto por aqui.
ResponderEliminarUn abraxo!
Lo prometido es deuda y.... aquí estoy, descubriendo este lugar lleno de calidez y energía positiva.Me encanta ver que hay gente que siempre deja un resquicio al optimismo , a la ilusión. Me encantaron tus relatos.
ResponderEliminarUn abrazo
Nunca se sabe de donde saltará la chispa que cambiara nuestros días.
ResponderEliminarPero es conveniente tener las puertas abiertas, para que cuando se encienda nos coja preparados.