Fue un regalo de Reyes tardío. El 8 de enero a las 8 de la mañana ya daba sus primeros sorbos de vida. Siempre temí que su llegada fuera eclipsada por ese día festivo preestablecido, pero supo esperar.
A partir de aquel momento mi vida tomó una única dirección, eso sí, por voluntad propia. Mi yo, paso a ser ella, a tiempo completo. En estos años he ascendido de madre a chófer particular, la llevo a ella y a sus hormonas adolescentes y alborotadas a sus actividades y citas sociales.
Estos días me ha concedido vacaciones. Aunque no es la primera vez que deja la casa por algunas semanas, si es la primera que lo hace tan lejos y sola, y eso me hace sentir vulnerable. No cabe duda que este silencio me aturde y es inevitable sentir un vacío que viene a jugar con la melancolía. La razón me dice que es “ley de vida” aunque mastique el alma.
Sin duda ha comenzado un duro entrenamiento para superar la prueba definitiva, porque esto, ya es imparable.
Quedan para su regreso 7, 6,5….días
Glosagon.
La ternura de tu "diario bebe" extraña ante tantos post pesimistas de la red, ternura y miedos del día a día. Me voy más feliz, pese a que te "atormente" la ausencia temporal de la peke.
ResponderEliminarUn abrazo
Pase por eso pero después entendí que es ley de vida,abrazos
ResponderEliminarTe entiendo, tengo dos, se han ido al extranjero, han vuelto y todo bien. Hombre, hay que reconocer que los padres no solemos sufrir tanto como las madres ...
ResponderEliminarSaludos.
Es bueno saber que vuelve, la próxima partida quizá sea menos dura, aún así, ¡ánimo, te queda nada y menos! Por estas tierras se recogen dos registros populares:
ResponderEliminar¡la cabra que es de risco a risco tira! y más universal, ¡el que es de ley a casa vuelve!
Besos salados
Dando por hecho que hoy no nos regalas ficción, Gloria, sólo puedo decir que yo no tengo derecho a decirle nada a los míos. Cuando me marché por primera vez de casa, a la universidad -que estaba a 12.000 kms de distancia- me faltaba un mes para cumplir los dieciocho. Nunca volví a convivir con mis padres y soy hijo único.
ResponderEliminarHemos de disfrutarlos mientras están.
Un abrazo,
Que la cuenta atrás sea para bien...
ResponderEliminarEl vacío que viene a jugar con la melancolía del que se llenará tu vida a su regreso.
ResponderEliminarBonitos sentimientos, un saludo
Ánimo guapa, seguro que estará bien y vendrá con ganas de mimos de mami. Biquiños!
ResponderEliminarUna bella sorpresa, Gloria! Hace poco que te conozco y conocía tu talento para la ficción. Este texto tan íntimo y personal me ha deslumbrado. Una ternura desde el principio a fin!
ResponderEliminarFelicitaciones y ten paciencia, ya llega!!! ;)
Un abrazo!
Los vacíos suelen ser tristes y melancólicos, algunos se llenan con otra cosa, pero ese sentimiento es a prueba de todo, me has echo emocianarme
ResponderEliminarAnimo amiga, los hijos son prestados, y llega el momento de que quieren empezar a volar lejos del nido, solo queda esperar su feliz retorno y rogarle a Dios haber hecho bien nuestra tarea.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo para ti linda!!
Alegrarte con su independencia y por lo que lograste, admirarlo lo suficintemente lejos como para no estorbar y lo suficientemente cerca como para disfrutarlo también.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que bonito y sentido tu texto. A mí me faltan unos años para pasar por esa etapa que es ineludible. La ley de la vida... uf pero creo que como padres jamás se puede estar cien por ciento preparado para ello. Feliz reencuentro!!
ResponderEliminarAsí es Gloria, lo más lindo de la vida, esos pichoncitos y nosotros el nido hasta que estén fuertes y desplieguen sus alitas y nosotros orgullosas cuando vemos lo alto de su vuelo porque fuimos partícipes de ello, aunque el nido se quede vacío.
ResponderEliminarPreciosa entrada
Gloria:
ResponderEliminarElla se tardó caasi doce años y medio en llegar a nuestra familia. En la adolescencia viajó -solita- desde Buenos Aires a Catamarca (creo que son un mil trescientos kilómetros) a pasar unos días junto con la abuela y las tías, que son seis. Todos los días sonaba el teléfono en casa; volvió junto a una prima con su cara llena de sonrisas.
Así es como volverá tu Sol.
Un gran abrazo.
Estarás deseando verla... ya no queda apenas nada.
ResponderEliminarLos dias pasarán en un suspiro ya lo verás y volverá al nido, a sentirse arropada en tus brazos.
Que dificil es cuando se marchan, ni que sea temporal.
Besos mediterráneos.
Contamos las horas y las ansias nos carcomen!
ResponderEliminarLo importante es que tú sabes que el nido quedará vacío y que ella sabe que siempre entre tus manos estará el nido por si necesita regresar.
ResponderEliminarPuede haber amor mas bello que la renuncia por amor que cualquier día debe, puede llegar.
Aun te queda por saborear lo más bonito.
Besos.
Te entiendo a la perfección, el vacío que dejan los hijos es tan grande como nuestro amor por ellos, y aquí estamos siempre para cuando quieran volver, no nos queda otra más que esperar su regreso, y vivir con ese vaivén al que nos someten. Gracias por tu visita.
ResponderEliminarBESOS.
Que bonito es escribir sencillo sobre lo que acontece día a día, y más con el sentimiento que le pones.
ResponderEliminarMe ocurrió la primera vez hace doce años y creí que lo había superado; entonces se iba el mayor a Granada. Cuando el 'peque' se marchó a Barcelona, para hacer su carrera, volvieron los mismos miedos e idéntica melancolía. Este curso ya es el último. Todo pasa, y luego nos damos cuenta de lo importante que ha sido, principalmente para ellos, soltar las flechas...
Ahora tenemos los móviles, Gloria, y les escuchamos con mucha frecuencia.
Un besito fuerte, mi niña.
Hola Gloria! Me encanta visitar nuevos mundos y Canarias me enamora y el gofio es riquísimo y su gente es encantadora, tan abierta y generosa. También soy madre de un niño preadolescente. Me quedo por aquí... ¡Cómo no!
ResponderEliminarBeso!
Volverá...Lo sabes.
ResponderEliminarBesos. Munnnnnchos!
Cuídate preciosa!
Ciao.
;-P
Nada como los reencuentros.
ResponderEliminarQue dificil se hace a veces tratar con los hijos ¿verdad?. A mi se me hizo muy cuesta arriba la primera vez. No es que me haya acostumbrado pero se aprende a llevarlo. Paciencia. Un besillo Gloria.
ResponderEliminar¡Ay, Gloria, que dulzura de texto! El ciclo se repite... y ya quedan pocos días para su regreso... ¡ánimo!.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gloria, las madres siempre tienen ese vacío temporal con los hijos, más que los padres. Yo, a mis 27 años, aún escucho a mi mamá diciéndome que vuelva a Colombia (ahora ando en México). Me ha gustado esta frase: "La razón me dice que es “ley de vida” aunque mastique el alma"
ResponderEliminarAbrazos Gloria.
El ave voló, y el nido quedó vacío en tus manos. Es la ley natural, pero las aves de esta especie siempre regresan al calor del nido, porque no olvidan quién se lo dio.
ResponderEliminarbssoss
La irremediable ley de la vida, pero volverá siempre que pueda y quiera lo hará y así será :)
ResponderEliminarAins ya me tocará y no sé que hacer
ResponderEliminarquizá encadenarlas al sofá
y no dejen de ver nunca sus series favoritas.
entrñable post.
Besotes!
Sé de lo que hablas y estoy en tu misma situación, siempre me digo que de mamá una nunca se jubila. De pequeños porque son pequeños y de mayores porque se nos van y tememos no estar para seguir protegiéndolos. ¡En fin! Somos unas madrazas.
ResponderEliminarDurante su educación siempre pensé debo darles todas las armas para que algun día puedan volar solos y me alegra haberlo conseguido.
ResponderEliminarLejos de sentir vació, siento satisfacción....además, contaba con un As en la manga, ¡son como el turrón!
Besos de mojo
Aysss Gloria no veas cómo te comprendo porque yo estoy comenzando a vivir lo que tú con mi hija, aunque todavía no he llegado a ello pero está en la edad del pavo, en la adolescencia, y no veas cómo te comprendo y me imagino lo que me tocará pasar que ésto aún no es nada.
ResponderEliminarNosotros también pasamos por ello, pero no nos dábamos cuenta, sí nuestras madres quiénes lo sufrieron.
Me ha encantado tu texto.
Un beso y un abrazo, Gloria.
Les enseñamos a volar, pero cuando lo hacen, se nos encoje el corazón pensando que todavía es pronto, que no están suficientemente preparadas. Ah, querida amiga, cuando termines este duro entrenamiento, prepárate para el siguiente, el de sufridoras, pero en definitiva ¡feliz abuela! “Ley de vida”
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, Gloria. Tus textos empatizan con tus lectores porque son la propia vida hecha diario, hecha relato, hecha sentimiento. Me pasaré por aquí para aprender y mucho, estoy segura.
ResponderEliminar¡Me encanta! Soy (supongo) como tu hija, con las hormonas alborotadas y también estoy intentando escaparme más y más del caparazón protector de mi madre. "Ley de vida", qué bien descrito.
ResponderEliminarPero ella volverá y yo siempre, siempre también. Como el apoyo y el cariño de una madre no hay ninguno, ¿no es así? Un fuerte abrazo desde Gran Canaria.
¡Soy nueva seguidora tuya!
Es un ciclo que se repetirá siempre, tú abandonaste el nido, ella lo hará, y así. Pero ten por seguro que todos los pájaros regresan a su hogar de vez en cuando :) Le has dado las alas, eso ya debería hacerte feliz, ahora le toca a ella disfrutar del viaje, y volar.
ResponderEliminarElevaremos oracion por ti para que Nuestro padre Celestial te fortalezca y te ayude a encontrar la paz interior que tanta falta hace. Bendiciones!
ResponderEliminarGloria,gracias por la visita,que hiciste a mi blog.
ResponderEliminarDisfruto de tu post,de tu simbólica metáfora del nido vacío,que también hago mía,amiga...Lo has escrito con gran sensibilidad y cariño,te has dejado el alma en ello,te entiendo perfectamente,porque mis dos hijos están en Alemania y Australia...ahora tan sólo me queda una en el nido,aún tiene 13 años,aún disfrutaré de ella unos cuantos años...
Te dejo mi felicitación por tu amor a las letras,no dejes de escribir,las letras nos curan y nos elevan...
Mi abrazo inmenso y mi ánimo siempre,compañera.
M.Jesús
"Mi yo, paso a ser ella, a tiempo completo"
ResponderEliminar...qué trampas de la Naturaleza...
Jejeje, lo que llenan. Lo que llenan todo. Y lo que lo vacían cuando no están...
ResponderEliminarUn abrazo, Gloria.
Nada se va, y nada viene, todo permanece en la ausencia si la presencia sigue viva, si se sabe vivirla. Aún así, qué difícil ha de ser estar sin quienes estuvieron, aunque regresen de donde no están.
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