Huyendo de esos viajes “Todo incluido” La Habana-Varadero, decidimos organizar nuestro propio tour por la isla recorriéndola por carretera en un coche de alquiler, eso sí , tuvimos en cuenta que viajar en coche era una aventura dada las condiciones del asfalto de las carreteras, para que te hagas una pequeña idea, la mayoría de ellas eran como un campo de maniobras militares transitadas, mayoritariamente, a pie*pidiendo botella, o en bicicleta, por blancos, negros o mulatos, según la zona, vestidos ellos con su uniforme guayaberil y ellas a su libre albedrío con ese punto colorista y ventilado de común uso por esas latitudes.
Intuición, lucidez, no sé, llamémosle corazonada pero desde que posé mi culo en aquel asiento de sky de color “rojo puticlub” supe que aquel viaje quedaría serigrafiado a todo color en la placa de mi memoria con olor a caña y a ron.
Aquel coche marca Lada Zhigulí, icono de la era soviética, sería nuestro medio para portearnos por toda la isla. Lo primero que hicimos fue verificar su estado y aparentemente todo estaba en su sitio. Tarde comprobamos aquello de que “el cubano inventa mucho” no era una frase hecha.
En mi asiento de copiloto con el mapa de carreteras desplegado sobre el salpicadero y con una hawaiana descolorida por el sol caribeño moviendo sus caderas ortopédicamente, comenzamos la aventura…
Salir de La Habana ha sido uno de los mayores retos de mi vida, nuestra pinta de turistas y con cara de ¿dónde está Wally? era reclamo suficiente para que nos ofrecieran todo tipo de servicios en cada parada, su espontánea amabilidad es notable pero…favor con favor se paga y si es con *fulas tienes garantizado un servicio de lujo.
Una vez en la autopista nacional que a la vez hacía las veces de mercado, en dirección a nuestro destino, descubrimos varios carriles y sin línea divisoria. Ristras de productos locales colgaban de las manos de muchos vendedores ambulantes. El escaso tráfico nos llamó la atención, más tarde supimos que el combustible era un lujo que pocos se podían permitir. Según avanzábamos descubrimos que el mapa era un fantástico abanico que mitigaba los 40 grados húmedos y aplastantes. Tuvimos que hiperdesarrollar nuestra orientación ya que muchas salidas e incorporaciones no tenían cartel y cuando te dabas cuenta que te habías equivocado no existía otra manera de retomar el camino que cogiendo por un camino de cabras o simplemente de manera misteriosa, se interrumpía en algún punto sin salida.
Encontrado el camino y un poco más tranquilos comenzó a salir humo del capó del Lada, nos miramos con pavor y mientras yo estiraba las piernas, mi Macguiver particular, que lo arregla todo con un clip, solucionó el problema. Continuamos y un rato después nos dan el alto los *caballitos, temblamos porque ya nos advirtieron cómo funcionaba el sistema, otra vez las *fulas. Nos pidieron la documentación y uno de ellos al ver en nuestros pasaportes que éramos de Canarias nos desgranó de la A la Z su árbol genealógico familiar y descubrimos que tenia un “chinguito” palmero y para celebrarlo nos saco de las alforjas de su moto una botella de puro ron de caña y nos invitó a varios taponcitos. Él también brindó por el encuentro, varias veces.
Retomamos el camino, contentos y relajados. El ron hacía su efecto cuando nos fijamos que el cielo se rebujaba de manera desafiante, comenzaron a caer goterones que se convirtieron en cuestión de minutos en una tormenta descomunal. Mi compi activa el limpiaparabrisas y dos varillas famélicas y desnudas nos cantaron un danzón desafinado y chirriante.
Paramos en una cuneta mientras nos revolcábamos de la risa dentro del inolvidable Zhigulí.
*1 -haciendo dedo(autostop).
*2-dólar americano
*3-policía en motocicleta
Glosagon.
No sé si es real , supongo que si ; pero ciertamente es muy amena tu escritura lo he leido un par de veces . ¡Es nuy valiosa esta tu entrada , ¡me has hecho sonreír !
ResponderEliminarBesos.
buen ron el cubano.
ResponderEliminarmuy linda entrada
Linda entrada, toda una crónica.
ResponderEliminarBesos.
Si, esa es la forma de conocer algo más que el mismo hotel en todas las ciudades, aún a riesgo de una aventura no deseada, pero es lo que tiene la independencia.
ResponderEliminarbsossss
Entretenida lectura,abrazo.
ResponderEliminarInolvidable el viajecito,supongo.Pero enriquecedor,sin duda.
ResponderEliminarY también divertido por lo que leí,aunque esto último supongo que a posteriori.
Saludos.
Em cada cubano há um mecânico.
ResponderEliminarAbraço.
Preciosas anécdotas de un viaje diferente.
ResponderEliminarLindo texto que nos regalas hoy.
Para soñar con aventuras y paseos alucinantes, para volar con la imaginación.
Un besito
Me gusta esta crónica, con sabor a caribe, Gloria.
ResponderEliminarEspero que hayas disfrutado tanto como parece.
Un abrazo,
Sabes Gloria, me gusta que regresaras con olor a ron y caña, aunque duele ver mostrada la miseria de mi pueblo y la búsqueda de mi gente de esos fulas que les permiten comer un poco mejor.
ResponderEliminarSiempre he dicho que los turistas extranjeros deben ir como ciudadanos de a pie, así como hacen en el relato, para poder constatar en qué estado está mi bella isla, y no esas giras dirigidas a los mejores lugares para vendar los ojos a la realidad y sufrimiento de mi gente.
Pero hay algo muy grande de los cubanos, que a pesar de las penas ríen y ante las dificultades, inventan y yo, una cubana en tierra extranjera no puedo olvidarlos nunca.
Gracias por compartir tu travesía y en nombre de mi gente, perdón por el humo y la peste a gasolina del auto.
Mi fraterno saludo
P.D: Mi bisabuelo materno era de orígen Canario y los paternos de Galicia y Andalucía, casi todos los cubanos llevamos sangre española.
Que buen rollo que trasmites en tus entradas! Como dice andré de ártabro, parece que el relato está basado en hechos reales, así que me encantaría poder leer sobre otras anécdotas de tu viaje por Cuba.
ResponderEliminarUn abrazo.
Flipante el viajecito, para haberlo hecho, buena tierra para perderse y gozarla a tope, no la he visto, la imagino. Mejor la llegada del ron, ya me gustaría ya...
ResponderEliminarBesos salados desde la Maxorata
Quisiera vivir viajando en auto feo...
ResponderEliminarA 40 grados, en un Zhigulí, por una autopista cubana... ¡y los hay que piensan que para experimentar emociones fuertes al volante hay que hacer uno de esos rallies por el desierto en un todoterreno!!!!
ResponderEliminarUn beso
Las buenas aventuras siempre llevan aparejadas grandes recuerdos y buenos vehículos.
ResponderEliminarGloria:
ResponderEliminarConozco gente que ha viajado a Cuba solo porque salía barato.
La miseria se nota, lo mismo que la corrupción y el intento de sacar divisas a los turistas de manera descarada. En Perú sucede otro tanto y en mi país no se quedan atrás...
Cada lugar tiene lo suyo: bellezas y cosas pintorescas.
Un gran abrazo.
Ayyy Gloria!!! Tu relato me trajo tantos recuerdos!!! Visité la isla hace más de 9 años y compruebo que todo está como era entonces. Desplazarse por La Habana es hacer un viaje por el túnel del tiempo hacia la década del 60. Los autos, la ropa, las construcciones...
ResponderEliminarVolé en un avión que nos llevó a una isla y que tenía los remaches del piso a la vista. Era un vetusto bimotor soviético. No pude degustar ni siquiera la granadina que amablemente me ofrecieron. El viaje duró 20 min. Para mí fue una eternidad. Sin embargo, aquel fue una de las mejores vacaciones de mi vida.
Estupenda entrada!!!
Un beso enorme!!! :)
Me gustó tu viaje. Lo había comentado antes pero no sé qué pasa con tu blog que me rebota los comentarios siempre
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarme gustó el relato de viajes y aventuras por tierras extrañas...
Saliendo se conoce el mundo y que somos y vivimos de forma casi o muy desigual...pero siempre es lindo ver la desigualdad para apreciar más lo nuestro.
Saludos cálidos.
Paso por tu blog y te agradezco que lo hayas hecho por el mio.
ResponderEliminarPerdóname que no diga nada de esta entrada, con Cuba no se acaba de hablar nunca.
Por aquí estaré...
Un abrazo.
Me pareció estar ahí
ResponderEliminarviendo en imagenes todo aquello
que has sabido narrar con gran astucia literaria
me has dejado sorprendido
gratamente claro.
nada que objetar
un muy buen trabajo.
Enhorabuena Gloria.
Precioso recorrido lo tendré en cuenta para cuando lo haga, de momento te he seguido con la imaginación.
ResponderEliminarComo todos, estuve en ese auto soviético, que por más que lo pienso, fue lo que más te impresionó. Además de las Fulas. Me alegró mucho el relato. Muy muy bueno Gloria.
ResponderEliminarPidiendo botella, fulas y caballito... Increíble!!
ResponderEliminarQué gran aventura he...
Besos mentales.
Como me ha recordado tu vivencia a lo que yo misma he sentido en otros países de sudamérica, desde luego hay cosas que no cambian y que pueden resultar un poco impactantes para nuestra cultura más europea de lo que aparenta, pero bueno, que vivan las aventuras, los recuerdos y las cosas que contar.
ResponderEliminaruna aventura sin igual!!!!!
ResponderEliminary el ron siempre deviene pesadillas en sueños rosas! todos somos más simpáticos! jaja
un placer pasar por este lugar Gloria.
Seguiré viniendo!!!
Abrazos
Jajaja. Maravilloso. hasta sentí que yo viajaba en el asiento de atrás.
ResponderEliminarCuba es siempre una aventura
ResponderEliminarMe gusta tu blog
Un saludo
Este tipo de viajes son para tomarlos así o sufrirlos. Geniales descripciones, pero lo mejor sus gentes.
ResponderEliminarSaludos