Aquella oscuridad absoluta me lamió los ojos. Mi campo visual es mínimo y aunque intento poner en práctica toda mi agudeza visual no soy capaz de adivinar un color o una forma. Lo que mis ojos no perciben lo intento compensar con el resto de mi abanico sensorial como si fuese un invidente casual.
Estoy tumbado sobre una superficie plana, compacta y rígida. Mis brazos penden de los hombros como péndulos de reloj dañado, mi cuerpo compungido y convulso se derrite en sudor. El frío se hace doloroso por su intensidad, intento incorporarme y adivinar dónde me encuentro y cómo he llegado hasta aquí. Al apoyar las palmas de mis manos siento que éstas se deslizan inseguras y caigo de nuevo sobre mi maltrecha espalda. Me quedo inmóvil sintiendo la contracción de los músculos.
El silencio reinante me acerca el canto de unos jilgueros juguetones, el sonoro croar de unas ranas y el cacareo ponedor de unas cumplidoras gallinas. Hacía siglos que no escuchaba aquellos sonidos, tan comunes en mi infancia, y que por algún motivo incierto deje que se perdieran en algún recodo de mi “triunfante y ocupada vida”.
El perfume a heno recién segado me hace girar la cabeza e inspirar su olor a bocanadas desmesuradas que agitan mis pulmones violentamente acompañados por el maltrecho corazón. Recuerdo las siegas junto al abuelo, aquel hombre benevolente y cariñoso que adoptó el papel de padre cuando, el verdadero, desapareció entre las olas de una mala mar, la misma que ahora me salpica los ojos haciendo que se despeñen por mi cara, hasta mis labios secos y agrietados, devolviéndole a mi boca aquel sabor salado que identifica a las lágrimas.
Cuando entreabrí mis ojos conscientes y una voz extraña me informó que había sufrido un infarto severo y que tenía otra oportunidad para inaugurar mi vida, supe que aquel despertar inconsciente cambiaría para siempre mi rumbo.
Glosagon.
Maravilloso escrito que según iba leyendo me parecía triste y un tanto dramático por la situación del protagonista. Es muy interesante todo los pensamiento y recuerdos que surgen cuando la vida pende de un hilo.
ResponderEliminarSeguramente después de tales experiencias, la vida pinta de colores.
Me ha encantado este gran relato.
Mi enhorabuena y mi abrazo.
Qué gran relato y qué gran mensaje final..
ResponderEliminarMe ha encantado, Gloria
Un beso
Unas palabras preciosas llenas de reflexión y sentimientos. La vida es lo único que tenemos y de vez en cuando debemos hacer recuento de ella para darnos cuenta de lo afortunados que somos realmente.
ResponderEliminarNo todo el mundo goza de buenos recuerdos que recordar.
Un saludo.
Rebeca.
P.D: Gracias por pasarte por "Deshojando mis octubres".
Preciosa reflexion trasmites en tu relato. Me has gustado mucho!!
ResponderEliminarUn abraXo,
Sayonara
Buen texto cargado de una descriptividad sublime.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
La foto de cabecera del blog, es merecedora del premio.
Besos.
Cuídate.
Ciao.
;-P
Hola Gloria, lo primero decirte la maravillosa foto de cabecera que tienes, después que esta entrada refleja mucha sensibilidad e intensidad, dos buenos ingredientes para una vida plena. Bs.
ResponderEliminarEs lo mejor que podría haber pasado en mi opinión, una buena oportunidad para renacer tu vida, a partir del espíritu, es precioso... Y la imagen concuerda muy bien con tu escrito...
ResponderEliminarBesos mentales.
Empezar de nuevo es siempre bueno, sobre todo si nos hemos dado cuenta de los errores aprendimos y luchamos por no volver a repetirlos.
ResponderEliminarMuy bien escrito. Me ha gustado mucho. El único pero es la repetición de algunas palabras, ojos, visión. Por lo demás, perfecto.
ResponderEliminarUn beso, Gloria
aprender a cuidarse, mimarse, quererse un poquito más, es lo que se aprende tras superar una mala experiencia.
ResponderEliminarun saludo
marian
Gracias por tu visita y comentario.
ResponderEliminarTambién me agradó tu lectura, sobre todo asociar como se agudizan los sentidos después de una experiencia tan dramática y dolorosa como es sufrir un "infarto severo". Nos hace pensar cuanto somos de frágiles y delicados como para seguir obsesionándonos por tonterías y pequeñeces.
Un saludo cordial
La vida siempre nos dá segundas oportunidades, sólo tenemos que hacernos de ella...me ha gustado...un besote.
ResponderEliminarGloria:
ResponderEliminarUn rumbo acertado, ojalá.
Salu2.
Hay que saber aprovechar las segundas oportunidades que se nos presentan.
ResponderEliminarVivir para disfrutar lo que nos queda, no prisioneros de lo que fue.
Sincero, reflexivo y muy profundo relato con una expresión, lírica, cuasi poética, salpicado de hermosas figuras literarias que partiendo del ahora, te pasea por la dulzura de la infancia y te lanza al mañana con un claro mensaje de positivismo: (Como dice el vijeo bolero) "Se vive solamente una vez". No desperdicies tu tiempo.
ResponderEliminarDespués de haber leído, dos veces el ralato y observando el cuadro que adorna tu "Despertar" se me ocurren estos vesos:
Tras tu camisa
vive todo lo que eres
y lo que no.
Despiértate
el riiing también está
tras de tu blusa.
Aprisionado
entre el ayer y el mañana,
sólo el ahora.