Su primera toma de contacto con ella fue el día de su cumpleaños. Al principio estuvo reticente y obtuso, ¿cómo se atrevía a usurpar su espacio sagrado de cuatro ruedas sin él solicitarlo?
A medida que iban pasando los días se acostumbró a su presencia que irradiaba luminosidad, pero sobre todo, lo que más le gustaba de ella era su voz.
La voz de “Esmeralda” tenía matices sobrios e imperturbables, aunque un poco jodelones también.
Como en cualquier relación que se precie no lograron evitar las broncas, a veces varias en el mismo día, sobre todo cuando ella se empeñaba en darle clases de conducción, eso le ponía de muy mal humor, o cuando lo que ella proponía significaba dar un rodeo innecesario para llegar a su destino, entonces hacía acto de presencia el energúmeno que todos llevamos dentro mientras conducimos y le gritaba -¡cállate de una vez, tía pesada! y “Esmeralda” languidecía por un “off” brusco y cortante.
Poco duraba su silencio porque en cuanto llegaba a una encrucijada de caminos la echaba de menos y la perdonaba acariciando de nuevo el “on” y ella le contestaba con cierto retintín…
–Recalculando el recorrido-.
Glosagon.
jajaja Esmeralda es indispensable para todos menos para mí, que no tengo coche...
ResponderEliminarBesos mentales.
Un GPS, vaya. A veces nos enloquecemos, nos enamoramos de ciertas máquinas. Quizá llegará el día en que seamos parte de aquella novela de Asimov, el Hombre Bicentenario. Abrazos.
ResponderEliminarMi GPS se llama la Porcu, estamos peleados desde que se empeño en no dejarme salir de Lisboa, aunque a lo mejor lo hacía por mi bien, cualquiera sabe.
ResponderEliminarJajajaja conozco perfectamente la sensación, de hecho escribí sobre la misma voz hace algún tiempo:
ResponderEliminarhttp://laesquinadeguille.blogspot.com.es/2011/07/recalculando-viaje-miami-y-cartagena-de.html
Un saludo.
La mía se llama Gertrudis Paso Sótanos...La bauticé el día que no supo sacarme de un párking del centro comercial...
ResponderEliminarCuídate.
Besos.
Ciao.
;-P
jjaaj... quien no ha tenido una experiencia así con el GPS... Odio cuando dice lo de: Recalculando Ruta....AAAH!
ResponderEliminarPor cierto, me ha gustado mucho la frase que está en la imagen de House.
Un saludo!!
Xay
y cómo no amarlo? todos tenemos nuestro corazoncito!
ResponderEliminarLo más cerca que he visto a la tal "Gertrudis" ha sido en el salpicadero de un taxi; me quedaron ganas de preguntarle que si conocía el camino al fin del mundo o si el fin del mundo viene de camino, nada, chorras a media tarde... Saludos
ResponderEliminarCon que cosas nos alentamos y despues extrañamos eh!!
ResponderEliminarGenial la entrada!!
No he pasado por esa experiencia, ya no tengo coche!! Pero miasamigas que si lo tienen llevan una relacion amor/odio con ellos
ResponderEliminarUna vez me llevó excelentemente al hotel que correspondía.
ResponderEliminarHa llegado a su destino dijo mientras parado en doble fila chequeaba que si era mi hotel.
Entonces volví a arrancar en busca de aparcamiento y se puso bien pesada con lo de se ha pasado de destino, gire.
pd. ¿Necesitas las palabras de verificación?
¿Te entran muchos robots?
Es muy bueno, Gloria, pero la foto destripa el micro antes de empezar a leerlo.
ResponderEliminarBesos.
Micro muy bien llevado, coincido con Torcuato, la foto revela el micro antes de leerlo.
ResponderEliminarUn abrazo,
...Y es que las máquinas tienen eso, que no son humanas...
ResponderEliminarUn beso.
No hay nada como perderse hasta encontrar el destino elegido. Y es que así nos va con tanta máquina, que ya no se dan ni los buenos días por la calle. Yo le tengo miedo a una que utilizo en las noches de fiesta en las que me va indicando cuales son los garitos con más alegría, y no veas...va de película, pero para conducir la detesto.
ResponderEliminarSalud.
Jajaja, muy bueno tu relato y además muy cierto, cuando una carretera hace poco que han arreglado, la voz se vuelve loca: gire a la derecha, gire a la derecha.
ResponderEliminarMe ha gustado Gloria.
Un abrazo.