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Despiertan los colores.

Arriesgados Lectores...

21 diciembre 2013

Cuento de Navidad.

   Suerte que hoy solo ha trabajado media jornada y mientras sus compañeros caminan hacia el bar de al lado para tomarse una copa juntos y desearse lo mejor, ella camina hacia el súper más cercano para lograr conseguir, como el mejor Rey Mago, todo lo que lleva anotado en un pos-it que se niega a pegarse a su agenda como si quisiese  huir despavorido a  su destino.
   Como cada año y hace diez, prepara la cena para toda la familia. El pretexto oficial es que en su salón caben todos, por eso cuando compra el décimo de cada año, sonríe pesadamente y sueña con que si alguna vez la diosa Fortuna la visita se comprará una casa “sin salón” y entonces ¡adiós  pretexto!
   Mientras hace el encebollado para el bacalao, mira a su pareja que se esmera en parecer que hace algo pero la realidad es que no hace nada, bueno sí, en sus entradas y salidas a la cocina va calentando motores con una copita de vino de Tacoronte que le han regalado y un trocito de queso majorero que le ha costado  un ojo de la cara y que ya tiene preparado en un plato rojo y dorado que compró en el chino. Su etiqueta decía que no debía ponerse alimentos directamente sobre él, pero si los chinos son inmunes a lo tóxico, por qué no esta familia.
   Siguió con la faena y mientras batía la nata para hacer un mousse de gofio su mente deambula por el futuro más inmediato. Sus cuñadas haciendo su entrada como duplicados baratos de la Barbie y compitiendo entre ellas de manera implacable. Sus cuñados debatiendo sobre ese tema trascendental  que permite que el mundo siga girando, el fútbol. Sus suegros escoltados por su prole de enfermedades y medicamentos. Y los niños, esos locos bajitos como decía Serrat, que lo ponen todo patas arriba pero que son lo único genuino y auténtico de este montaje.
   Suena el timbre y da comienzo la función.
   Parece que el papel de la cocinera le ha gustado a todos  menos a ella.
   Èl invade su espacio en la cama y le resopla en un tono empalagado por el alcohol:
-          ¡Ho ho ho, esta noche es Nochebuena!
   Ella, con los ojos cerrados, se gira dándole la espalda y bostezando le contesta:
-          Y mañana Navidad.

Glosagon.

10 diciembre 2013

In memorian

En la noche que me envuelve, negra como un pozo insondable,
   doy  gracias al dios que fuere por mi alma inconquistable.
   En las garras de las circunstancias no he gemido ni llorado.
   Ante las puñaladas del azar, si bien he sangrado, jamás me he postrado.
   Más allá de este lugar de ira y llanto acecha la oscuridad con su horror.
   No  obstante la amenaza de los años me halla y me hallará sin temor.
   Ya no me importa cual recto haya sido el camino ni cuantos castigos llevo a la espalda.
   Soy el amo de mi destino.
   Soy el  capitán de mi alma.
*poema  victoriano que le ayudó a soportar la vida sin vida mientras estuvo prisionero.
Glosagon.