Piedad Isla se paso la vida recorriendo, primero en bici y
luego en moto, los pueblos de la montaña palentina con su cámara de fotos como único equipaje. Captó miles de imágenes
cotidianas de la España de los 50 y 60 mientras se ganaba la vida haciendo
fotos de carné, bodas y bautizos.
Nunca quiso seguir
los cánones preestablecidos que la sociedad española permitía a las mujeres de
la época. No quería casarse, ni tener hijos, ni coser, ni vestir santos, solo
quería elegir su propio camino.
Las leyes prohibían
a las mujeres muchas cosas pero ninguna decía que no pudiera ser fotógrafa.
Glosagon.